Las mascarillas son un aliado perfecto para realizar tratamientos más intensivo en el cabello dañado. Estos pueden ser la solución para el pelo muy fragilizado, en cuyo caso pueden llegar a ser incluso de uso diario. Las mascarillas necesitan un mayor tiempo de exposición, y si se usan en combinación con el calor resultan más eficaces, ya que al abrir la cutícula, esto permite que penetren mejor los agentes nutritivos de la mascarilla. Para ello basta con cubrir tu pelo con un gorro de baño, papel de plástico o incluso aprovechar el vapor del propio baño o de una sauna.
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