Siguiendo con las formas de poder evitar el sobrepeso, el doctor Dariush Mozaffarian, de la Escuela de Salud Pública de Harvard y del Brigham and Women’s Hospital afirma que: “Dado que el aumento de peso es tan gradual y ocurre durante muchos años, ha sido difícil para los científicos y las personas en sí comprender los factores específicos que serían responsables”,
Para llegar a este resultado, se analizó datos de 120.877 entre hombres y mujeres que participaron de tres estudios amplios de profesionales médicos, los cuales rastrearon los cambios en los factores de estilo de vida y peso cada cuatro años, por un período de dos décadas.
Todos los participantes tenían peso normal y eran saludables al momento de iniciarse la investigación. Con el tiempo, aumentaron un promedio de 1,59 kilogramos durante cada período de cuatro años, con un incremento total promedio de 7,6 kg al final de los 20 años de estudio.
Los alimentos que más contribuyeron al aumento de peso en cada período fueron las papas fritas (0,76 kg), las papas (0,58 kg), las bebidas azucaradas (0,45 kg), las carnes rojas no procesadas (0,43 kg) y las carnes procesadas (0,42 kg).
Mozaffarian dijo que comprender las formas de evitar que las personas engorden sería una política más efectiva que hacer que bajen de peso una vez que se vuelven obesas.
Quienes perdieron o mantuvieron su peso en el tiempo durante el estudio solían comer muy pocos alimentos procesados. “Frutas, vegetales, granos integrales y frutos secos: si uno aumenta su ingesta, perderá peso, presumiblemente porque está reemplazando otros alimentos en la dieta”, explicó Mozaffarian.
Mozaffarian indicó que las distintas comidas tienen diferentes efectos sobre el cuerpo. “Uno no puede decir simplemente que una caloría es una caloría. Eso no satisface los deseos de saciedad, los niveles de glucosa, los niveles de insulina en sangre y otras respuestas biológicas en el cuerpo”, añadió.
En el estudio, los cambios alimentarios parecieron tener el mayor impacto sobre el aumento de peso con el tiempo, pero otros cambios en el estilo de vida también ayudaron. Por ejemplo, mirar una hora de televisión por día sumó 0,14 kg durante un período de cuatro años.
El sueño también jugó un papel clave. Las personas que dormían entre 6 y 8 horas eran menos proclives a aumentar de peso durante el período de estudio. Pero quienes dormían menos de 6 horas o más de 8, solían engordar. Y cuando las personas aumentaban su actividad física, solían aumentar menos de peso durante el período estudiado.
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Publicado por Mr. en 4:48
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