Cuidado de los pies

Seguimos hablando del cuidado de los pies y ahora te decimos que cuando tus pies están hinchados y adoloridos es mejor que te des un baño de agua tibia con sal, al que también le puedes añadir algún aceite esencial para relajar y disfrutar de su aroma. Una vez enjuagados y secos debes ponerlos en alto y reactivar la circulación, en cualquier superficie que te permita elevarlos de forma cómoda durante un buen tiempo. Cuando estés en la ducha puedes aprovechar para masajear tobillos, pies y gemelos alternando chorros de agua fría y caliente para relajar los músculos y las articulaciones, activar el flujo sanguíneo y tonificar tu piel, como si estuvieras en un buen spa. Aunque estamos seguros que el mayor de los placeres que puedes sentir es caminar descalza por la playa. Sobre la arena, con los pies en la orilla o con el agua hasta los tobillos, cada forma tiene sus beneficios como tonificación e hidratación entre otros, aunque debes vigilar con no excederte en los primeros paseos o acabarás con ampollas. Si no hay playa entonces el césped del parque puede ser un buen sustituto para descalzarte y relajar un rato a tus pies. Para culminar puedes aprovechar cualquier pequeño rato para sentarte y estirar los pies y hacer rotaciones de tobillos, así evitaras tensiones si pasas tiempo sin moverte.