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Combate las varices

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Amigas las venas varicosas son venas dilatadas en las que se acumula sangre, que tiene dificultades para regresar al corazón debido a un fallo en las válvulas que regulan el flujo sanguíneo en el sistema venoso. Las más frecuentes son las varices en las piernas.
Evitar tener varices no siempre es posible, pero saber qué las provoca puede ayudar a retrasarlas. Y las dos causas más comunes de la aparición de varices en las piernas son la obesidad y el sedentarismo.
La obesidad aumenta la demanda de riego sanguíneo en las piernas, y las venas no alcanzan a llevar a cabo con la celeridad requerida el regreso de la sangre al corazón.
El sedentarismo produce una disminución del ritmo de circulación de la sangre a través de las venas. Muchas horas de pie son igual o peor de malas que muchas horas sentado.
Mantener los músculos de las piernas en movimiento es una forma de poner freno a la aparición de varices. Ello no siempre es fácil durante la jornada laboral, pero hay unos cuantos ejercicios sencillos ideados precisamente para practicarlos durante el trabajo como rotar los tobillos, ponerse de puntillas y tensar los músculos de las piernas a menudo para mantener activo el flujo sanguíneo. Además, si estás sentado procura ponerte de pie y dar unos pasos, si estás de pie aprovechar las pausas para sentarse o, mejor incluso, poner un rato las piernas en alto.
Una buena dieta y la práctica habitual de un deporte ayudan a evitar las varices. El movimiento actúa sobre los músculos, que al activarse impulsan la circulación de la sangre. Evita llevar prendas demasiado ajustadas que dificulten la circulación, tomar el sol en las piernas o exponerlas a altas temperaturas.
Las duchas frías y los masajes en las piernas alivian el dolor, la pesadez y los calambres, ayudando a la circulación. Usar medias compresoras, poner los pies en alto y dormir con las piernas en una posición más alta que la cabeza son otras fórmulas para activar la circulación y evitar así la aparición de varices o, al menos, evitar que se extiendan cada vez más.
Natación y bicicleta son excelentes para la circulación, así como correr o caminar. Se trata de adoptar el ejercicio más apropiado y practicarlo con regularidad.

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