Consejos para cuidar la piel sensible
Basta un cambio repentino de la temperatura, o hasta una emoción imprevista, para que el cutis de las personas con la piel sensible se enrojezca inmediatamente.
Si bien es cierto que muchas veces es la timidez la que provoca esta "subida del color" al rostro, enrojecer no siempre significa ser tímido. Otros factores emocionales, como el ansia o el estrés, pueden causar el clásico enrojecimiento en las mejillas, aunque en estos casos ésta desaparece en pocos segundos.
El problema es que, en la piel sensible, este enrojecimiento con el tiempo, puede causar la ruptura de los capilares, provocando las llamadas "telitas de araña", esas antiestéticas venitas que se ven a través de la piel. Afortunadamente esto se puede evitar con los siguientes consejos:
Las reglas de prevención comienzan desde la alimentación. Quien tiene la piel sensible debe incluir en su dieta diaria alimentos ricos en vitamina C (naranja, kiwi, fresa, etc.). Por otro lado, tiene que reducir al mínimo el consumo de bebidas alcohólicas así como de alimentos picantes o con muchas especias.
Finalmente, debe proteger siempre y en todo momento la piel con productos que contengan filtros solares, durante todas las estaciones del año, no importa si hace frío o calor. Asimismo, debe utilizar una crema hidratante y protectora en todo momento.
La limpieza del cutis delicado. La piel delicada no ama mucho el contacto con el agua. Además, es supersensible a los cambios de temperatura.
La limpieza, por lo tanto, debe realizarse con productos específicos, formulados especialmente para pieles sensibles, ya que no contienen alcohol ni ácidos derivados de las frutas, que podrían causar daños a los tejidos cutáneos externos.
Escoja un limpiador superdelicado, que no tenga que enjuagarse abundantemente. Evite, en lo posible, utilizar el agua del grifo ya que puede irritar la piel. Es preferible que se limpie con una leche detergente y que la retire cuidadosamente con una esponjita humedecida. Después puede utilizar una loción refrescante especial para el cutis delicado, o pasarse un algodón embebido en agua de rosas.
Tratamientos especiales. Cuando desee hacerse una limpieza más profunda, no utilice exfoliadores a base de granitos, ya que éstos son demasiado fuertes para este tipo de piel.
Lo ideal es usar exfoliadores que se "borran", es decir, que al frotarlos contra la piel, forman una especie de residuo como el de la goma de borrar, que retira con delicadeza las células muertas y las impurezas que se han acumulado sobre la superficie de la epidermis.
Es importante que, por lo menos una vez a la semana, se aplique una mascarilla antiinflamatoria o antidescongestionante la cual la puedes preparar en casa, mezclando hasta formar un compuesto cremoso: 2 cucharadas de crema de leche doble con un kiwi machacado y un tomate pequeño, sin cáscara ni semillas, también machacado. Aplíquesela en todo el rostro, evitando la zona alrededor de los ojos. Déjela posar por 15 minutos y luego retírela con una esponjita húmeda. Aplíquese finalmente la loción y la crema humectante.
Si bien es cierto que muchas veces es la timidez la que provoca esta "subida del color" al rostro, enrojecer no siempre significa ser tímido. Otros factores emocionales, como el ansia o el estrés, pueden causar el clásico enrojecimiento en las mejillas, aunque en estos casos ésta desaparece en pocos segundos.
El problema es que, en la piel sensible, este enrojecimiento con el tiempo, puede causar la ruptura de los capilares, provocando las llamadas "telitas de araña", esas antiestéticas venitas que se ven a través de la piel. Afortunadamente esto se puede evitar con los siguientes consejos:
Las reglas de prevención comienzan desde la alimentación. Quien tiene la piel sensible debe incluir en su dieta diaria alimentos ricos en vitamina C (naranja, kiwi, fresa, etc.). Por otro lado, tiene que reducir al mínimo el consumo de bebidas alcohólicas así como de alimentos picantes o con muchas especias.
Finalmente, debe proteger siempre y en todo momento la piel con productos que contengan filtros solares, durante todas las estaciones del año, no importa si hace frío o calor. Asimismo, debe utilizar una crema hidratante y protectora en todo momento.
La limpieza del cutis delicado. La piel delicada no ama mucho el contacto con el agua. Además, es supersensible a los cambios de temperatura.
La limpieza, por lo tanto, debe realizarse con productos específicos, formulados especialmente para pieles sensibles, ya que no contienen alcohol ni ácidos derivados de las frutas, que podrían causar daños a los tejidos cutáneos externos.
Escoja un limpiador superdelicado, que no tenga que enjuagarse abundantemente. Evite, en lo posible, utilizar el agua del grifo ya que puede irritar la piel. Es preferible que se limpie con una leche detergente y que la retire cuidadosamente con una esponjita humedecida. Después puede utilizar una loción refrescante especial para el cutis delicado, o pasarse un algodón embebido en agua de rosas.
Tratamientos especiales. Cuando desee hacerse una limpieza más profunda, no utilice exfoliadores a base de granitos, ya que éstos son demasiado fuertes para este tipo de piel.
Lo ideal es usar exfoliadores que se "borran", es decir, que al frotarlos contra la piel, forman una especie de residuo como el de la goma de borrar, que retira con delicadeza las células muertas y las impurezas que se han acumulado sobre la superficie de la epidermis.
Es importante que, por lo menos una vez a la semana, se aplique una mascarilla antiinflamatoria o antidescongestionante la cual la puedes preparar en casa, mezclando hasta formar un compuesto cremoso: 2 cucharadas de crema de leche doble con un kiwi machacado y un tomate pequeño, sin cáscara ni semillas, también machacado. Aplíquesela en todo el rostro, evitando la zona alrededor de los ojos. Déjela posar por 15 minutos y luego retírela con una esponjita húmeda. Aplíquese finalmente la loción y la crema humectante.
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