Nuestros rituales de belleza varían como las estaciones. El invierno quedó atrás y así mismo el frío, las mangas largas y las botas. Ahora debes acondicionar tu cuerpo para este 'destape' primaveral. El primordial producto de belleza resulta ser el más accesible y barato: agua.
Consume agua para mantenerte hidratada, lo que se reflejará en la elasticidad de tu rostro y piel. Una buena alimentación es vital porque la escasez de vitaminas y nutrientes debilita el cabello, las uñas y la piel. Agarra tu botella de agua y visita el mercado por frutas y vegetales frescos que la belleza comienza por dentro.
El sol maltrata tu pelo, así que aplícate protección solar en forma de rociador, mascarillas o un acondicionador de larga permanencia. El cabello teñido o en mechones requiere mayor atención porque el sol puede alterar el color. Utiliza una gorra si estarás bajo el sol para no sobreexponerlo. Al estilizar tu pelo evita los productos con mucho alcohol y si pasas mucho tiempo al sol, evita el secador. Corta las puntas antes de la temporada de calor y después.
Ya sea en la ciudad, playa o montaña al pasar más tiempo al aire libre enfatiza la protección contra los rayos ultravioletas (UV). El rostro debe llevar una crema con mayor filtro de protección solar (FPS). Aplícalo en la cara y también en las orejas, los labios y el escote. Evita quemarte, pues con el tiempo pueden acumularse pequeñas lesiones producidas por quemaduras del sol y tu rostro las reflejará.
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