No se puede negar que la pubertad es una edad difícil. Cuando eres adolescente, todo te afecta y hasta la más simple contrariedad puede convertirse en un problema trascendental.
Y es que, en esta etapa, las hormonas están en plena ebullición y, junto a los evidentes cambios que experimenta tu cuerpo, la cara se convierte en fiel reflejo de lo que ocurre en tu interior. Porque está claro que, a tu edad, una piel sana y bonita aumenta el ego y la confianza en uno mismo así que es el momento que aprendas cómo maquillarte y cuidar tu piel.
Los maquillajes para esta época de la vida y en vista a una iniciación ya nos indica que “es un maquillaje sin apariencia de maquillaje” y eso, traducido, significa que hemos de cuidar todo con esmero, y que debe ser una ejecución que como resultado obtenga una piel luminosa, fresca y natural, realzando las facciones en su forma, y aportando a la sonrisa de la boca y ojos ese brillo tan característico de la juventud.
En el día a día, es suficiente con un toque de colorete en las mejillas y brillo en los labios. Y si has quedado para salir, amplía lo anterior con una sombra de ojos, riza tus pestañas y aplícate máscara transparente o de color. Eso sí, lo que no puede faltar en tu bolso son los papelitos anti-brillos que absorben la grasa del rostro al instante sin alterar el maquillaje.
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